La ciudad de Iquique, ubicada en el norte de Chile, en la costa del árido desierto de Atacama y cerca de la frontera con Perú, es zona de pesca de la Anchoveta por excelencia. La Anchoveta es una especie pelágica que forma grandes cardúmenes. Se utiliza principalmente para la fabricación de harina de pescado y aceites del tipo Omega 3, pero recientemente se ha comenzado a comercializar para consumo directo.
Durante la década del 90 y comienzo de los 2000, la pesquería de Anchoveta en el Pacífico Sur entró en crisis debido a factores climáticos y una política de pesca que privilegiaba los grandes volúmenes, en desmedro de la sostenibilidad.
Los gobiernos de Perú y Chile debieron establecer cuotas y encarar un serio replanteo de las pesquerías. Las flotas se vieron dramáticamente reducidas, al punto que hoy son prácticamente una tercera parte de lo que solían ser.
Este duro golpe a la industria pesquera dejó mucha gente sin empleo y varias empresas debieron cerrar sus puertas, pero a la vez hizo germinar entre los sobrevivientes una creciente y marcada preocupación por una pesca sustentable, que pudiera otorgar previsibilidad y estabilidad. No se trata de un slogan vacío para cumplir normas, los que pudieron quedar en pie tienen impregnado el concepto de sostenibilidad, internalizado de la forma mas dura quizás.
La reducción de la flota y el establecimiento de cuotas de captura permisible por empresa contribuyó a la estabilidad y previsibilidad, así como también a la conservación del recurso. No obstante, esto por si solo no es suficiente para garantizar que una pesquería sea sustentable.
Se debe realizar un manejo eficiente de la captura permitida, al mismo tiempo que se garantiza que la especie se reproduzca de forma de poder contar con un stock pescable. Para este fin es indispensable conocer el comportamiento de la especie, los lugares y fechas de reproducción, de manera poder evitar al máximo posible la captura de juveniles. En este punto juega un rol importante el CIAM o Centro de Investigaciones Aplicadas al Mar, una institución de investigación creada y financiada por las empresas.
Sin embargo, el comportamiento de la anchoveta es cambiante y los juveniles se presentan al mismo tiempo en diferentes áreas o se mueven constantemente. Esto traslada la decisión final sobre la captura al Patrón o Capitán a bordo.
La empresa CORPESCA es quien posee la mayor cuota de captura de anchoveta en Chile y también una de las corporaciones pesqueras mas grandes del país. Ellos están en la primera línea en la batalla por una pesca sustentable. La flota de cerco de la empresa ha tenido experiencias exitosas en la tarea de reducir la captura incidental de juveniles. La incorporación de herramientas acústicas de detección del tipo SPLIT BEAM sumado a mejores políticas y procedimientos de manejo, han hecho que las capturas de juveniles caigan de un 30% a cerca de un 1% del total. El impacto es notable.
Por intermedio de nuestro representante en Chile, la empresa SELMAR LTDA, nuestro equipo de trabajo fue convocado para realizar una presentación de la ecosonda SPLIT BEAM SEAMAN DBF-4000 ante el Comité de Manejo de la Anchoveta, el cual integran empresas armadoras, pescadores, sindicatos y el Gobierno.
El proyecto que impulsa la empresa CORPESCA apunta a dotar a la flota propia y a la artesanal de equipos acústicos SPLIT BEAM que puedan aportar a un esfuerzo pesquero mas inteligente.
El primer paso fue instalar un equipo en el buque CORPESCA 2 el cual fue probado de forma exitosa en tareas de pesca. Hoy se trabaja en la coordinación con el CIAM para que los datos de este equipo puedan ser rescatados y procesados para su uso posterior. Es en este punto que la empresa y el CIAM ven las ventajas mas grandes de nuestro equipo de concepto abierto y altamente parametrizable.
En la batalla por la sustentabilidad, la incorporación de tecnología acústica hace la diferencia.
La ciudad de Iquique, ubicada en el norte de Chile, en la costa del árido desierto de Atacama y cerca de la frontera con Perú, es zona de pesca de la Anchoveta por excelencia. La Anchoveta es una especie pelágica que forma grandes cardúmenes. Se utiliza principalmente para la fabricación de harina de pescado y aceites del tipo Omega 3, pero recientemente se ha comenzado a comercializar para consumo directo.
Durante la década del 90 y comienzo de los 2000, la pesquería de Anchoveta en el Pacífico Sur entró en crisis debido a factores climáticos y una política de pesca que privilegiaba los grandes volúmenes, en desmedro de la sostenibilidad.
Los gobiernos de Perú y Chile debieron establecer cuotas y encarar un serio replanteo de las pesquerías. Las flotas se vieron dramáticamente reducidas, al punto que hoy son prácticamente una tercera parte de lo que solían ser.
Este duro golpe a la industria pesquera dejó mucha gente sin empleo y varias empresas debieron cerrar sus puertas, pero a la vez hizo germinar entre los sobrevivientes una creciente y marcada preocupación por una pesca sustentable, que pudiera otorgar previsibilidad y estabilidad. No se trata de un slogan vacío para cumplir normas, los que pudieron quedar en pie tienen impregnado el concepto de sostenibilidad, internalizado de la forma mas dura quizás.
La reducción de la flota y el establecimiento de cuotas de captura permisible por empresa contribuyó a la estabilidad y previsibilidad, así como también a la conservación del recurso. No obstante, esto por si solo no es suficiente para garantizar que una pesquería sea sustentable.
Se debe realizar un manejo eficiente de la captura permitida, al mismo tiempo que se garantiza que la especie se reproduzca de forma de poder contar con un stock pescable. Para este fin es indispensable conocer el comportamiento de la especie, los lugares y fechas de reproducción, de manera poder evitar al máximo posible la captura de juveniles. En este punto juega un rol importante el CIAM o Centro de Investigaciones Aplicadas al Mar, una institución de investigación creada y financiada por las empresas.
Sin embargo, el comportamiento de la anchoveta es cambiante y los juveniles se presentan al mismo tiempo en diferentes áreas o se mueven constantemente. Esto traslada la decisión final sobre la captura al Patrón o Capitán a bordo.
La empresa CORPESCA es quien posee la mayor cuota de captura de anchoveta en Chile y también una de las corporaciones pesqueras mas grandes del país. Ellos están en la primera línea en la batalla por una pesca sustentable. La flota de cerco de la empresa ha tenido experiencias exitosas en la tarea de reducir la captura incidental de juveniles. La incorporación de herramientas acústicas de detección del tipo SPLIT BEAM sumado a mejores políticas y procedimientos de manejo, han hecho que las capturas de juveniles caigan de un 30% a cerca de un 1% del total. El impacto es notable.
Por intermedio de nuestro representante en Chile, la empresa SELMAR LTDA, nuestro equipo de trabajo fue convocado para realizar una presentación de la ecosonda SPLIT BEAM SEAMAN DBF-4000 ante el Comité de Manejo de la Anchoveta, el cual integran empresas armadoras, pescadores, sindicatos y el Gobierno.
El proyecto que impulsa la empresa CORPESCA apunta a dotar a la flota propia y a la artesanal de equipos acústicos SPLIT BEAM que puedan aportar a un esfuerzo pesquero mas inteligente.
El primer paso fue instalar un equipo en el buque CORPESCA 2 el cual fue probado de forma exitosa en tareas de pesca. Hoy se trabaja en la coordinación con el CIAM para que los datos de este equipo puedan ser rescatados y procesados para su uso posterior. Es en este punto que la empresa y el CIAM ven las ventajas mas grandes de nuestro equipo de concepto abierto y altamente parametrizable.
En la batalla por la sustentabilidad, la incorporación de tecnología acústica hace la diferencia.